En el capítulo anterior vimos la definición de transformación digital y también un primer cambio en la forma de trabajar que la anterior conlleva: cómo el exceso de demanda de trabajo abruma a los trabajadores modernos, lo que se ve aún más acentuado por la invisibilidad del trabajo moderno, donde es muy difícil saber cuánto trabajo tengo y a partir de eso decir “no puedo más”.
En esta parte hablaremos acerca de otra característica muy importante de las transformaciones exitosas. En Chile todos recordamos los sufrimientos que trajo a la población de la capital Santiago la implementación del actual sistema de transporte llamado Transantiago. Cuando esta iniciativa fue lanzada un día de febrero del año 2007, se cambió de una sola vez todo el complejo entramado en qué consiste un sistema de transporte metropolitana: contratos, la forma de pagar, los recorridos, la forma de enganchar los buses con el metro, y varias variables más que probablemente no recuerdo. Y como todos sabemos, ha sido dificilísimo que este sistema funcione bien-
Transformito: La mascota símbolo de muchas transformaciones
Eso no es de extrañar. Hace algunos años John Gall, pediatra y también estudioso los sisteas humanos, definió su ley que dice que “Todo sistema complejo que funciona evolucionó desde un sistema simple que funcionó. Un sistema diseñado de forma compleja desde el comienzo nunca funciona”
Tomemos por ejemplo a Apple, Google, Amazon o Microsoft. Estas son todas empresas que partieron en un garage, y de qué de allí fueron generando paso a paso aprendizaje y fueron explorando su forma de lograr un retorno a partir de las innovaciones que iban a entregando al mercado.
Sin embargo observamos que la mentalidad de grandes proyectos, de grandes iniciativas, está siempre presente en cómo se están ejecutando las actuales transformaciones digitales. No es de extrañar que se destinan millones de dólares a esta transformaciones, con grandes empresas consultoras detrás que vienen con una receta de cómo debe hacerse… y ver que después de algunos meses o años los resultados no existen. Y no es para nada extrañar.
La ley de Gall dice que si querías que esto funcionará a gran escala primero tenías que hacerlo funcionar a pequeña escala.
Apple 1, el primer producto de Apple.
Si quieres lograr que tu organización ahora adquiera una fuerte identidad digital, no te bastará con “generar una app”, también tienes que ser capaz de crear la organización mínima viable que sea capaz de ir evolucionando esta nueva plataforma paso a paso, a partir de la experiencia que entreguen los datos, hacia un modelo de negocio viable, y en definitiva, exitoso.
Tenemos un problema: este modelo se basa en sistematizar la intuición a partir de la experimentación. La humanidad ha conocido el método científico desde hace siglos, sin embargo tenemos una pésima formación en esta área. Las escuelas de ingeniería les enseñan a los alumnos recetas (metodologías algorítmicas, predictivas) de cómo deben abordar la realidad. En mi caso personal, nunca tuve la oportunidad de diseñar en mi formación un experimento. sólo ejecutar lo que otros ya habían diseñado por mí.
En contraste, nos encontramos con que la naturaleza de una transformación está llena de incertidumbre y por lo tanto debe explorarse paso a paso para descubrir y tantear el terreno, plantearse experimentos para ver cómo avanzar, y a partir de eso descubrir cuáles intentos resultan y cuáles no.
Un antiguo amigo, muchos años atrás, me dijo que “la experiencia era una linterna que alumbra por la espalda”. Y me he dado cuenta de cuanta razón tenia.
Por desgracia, la gente que actualmente toma decisiones lo hace exclusivamente basados en la experiencia de mucho años de management, pero sin entender que el mundo está cambiando, o sencillamente que ya cambió.
Los expertos en Innovación se han dado cuenta de que la capacidad más clave para que una innovación sea exitosa es la del timing, es decir, ser capaces cuando se está creando la ola de oportunidad y “surfearla” en el momento correcto. Eso quiere decir de que siempre habrá que estar atento a cómo van cambiando las condiciones del mercado.
La habilidad de explorar y aprender paso a paso, que algunos llaman agilidad, llegó para quedarse. Y esto es algo que tendría que impregnar la forma de trabajar desde la persona más humilde hasta aquellos que toman las decisiones en todo tipo de organizaciones ¿Seremos capaces de enfrentar este desafío?