En la actualidad mucha gente confunde “Agile” con “Scrum”. Sin embargo, el mundo de la Agilidad es muchísimo más amplio.
En LeanSight, creemos que es fundamental entender esta riqueza para poder lograr la anhelada agilidad organizacional en nuevos contextos que superen el ámbito original del Manifiesto Ágil: el desarrollo de software.
Hace unos años encontré un diagrama sobre el ecosistema lean+agile creado por Yasunobu Kamaguchi, cuya simpleza me motivó a traducirlo y enriquecerlo.
¿Qué podemos observar en este diagrama?
En el ecosistema actual Lean+Ágil, existen dos ramas que evolucionan separadas y convergen en las décadas recientes.
A la izquierda del diagrama, observamos que la rama que tiene raíces en el trabajo “Profound Knowledge” de W. E. Deming, que se origina en el proceso de organización de reconstrucción de Japón.
Luego de la segunda guerra mundial, en la Industria Manufacturera en Japón, nace el Sistema de Producción de Toyota, y su traducción en occidente es llamada “lean” (“sin grasa”, en inglés). Esta rama representa una mirada centrada en la mejora de procesos de manufactura a partir de la liberación del potencial de aprendizaje de cada trabajador.
A la derecha vemos la otra rama, que surge de la práctica del desarrollo de software en occidente. La misma, fue influenciada por el concepto de “Design Patterns” (Patrones de Diseño) que provino originalmente del mundo de la arquitectura y urbanismo con el ánimo de descubrir soluciones recurrentes contextuales para el diseño de ciudades.
Con ese mismo interés, un equipo de ingenieros llamado coloquialmente Gang of Four recopiló un catálogo de Design Patterns en la disciplina del software, lo que influenció a nivel de equipos de desarrollo de software al primer método ágil de desarrollo que se hizo famoso, Extreme Programming de Kent Beck.
Al mismo tiempo, se usaba la investigación etnocéntrica para aprender lecciones de equipos exitosos de desarrollo de software. Esta práctica dio origen a múltiples propuestas de métodos como Crystal Clear de Alistair Cockburn, la europea DSDM, entre otros.
El primer puente entre ambas ramas nace con el artículo The New New Product Development Game, donde los autores Takeuchi y Nonaka sistematizaron experiencias exitosas de innovación de producto en la industria japonesa, dando origen al modelo de equipos autónomos multidisciplinario que 10 años más tarde recogería el framework Scrum de Ken Schwaber y Jeff Sutherland.
Luego del Manifiesto Ágil en 2001, suceden muchas más convergencias. Los Poppendieck en su serie de libros Lean Software Development plantean que las diversas formas metodologías ágiles podrían entenderse como fruto de la aplicación de un conjunto de principios Lean, esta vez, traducidos desde el mundo original de la manufactura al mundo de la innovación, donde habita el desarrollo de software.
Más tarde, David J. Anderson y otros autores, a través del Método Kanban, traducirían el modelo de planificación Just-In-Time originado en el Sistema de Producción de Toyota al mundo del trabajo del conocimiento, es decir, aquel que genera valor a partir de ideas. De esta forma el invisible trabajo basado en ideas comenzó a poder bajar la carga al mismo tiempo que se aumenta la productividad, logrando a la vez equipos más sanos.
Con el método Kanban también se habilita la Agilidad en nuevos espacios más allá de la innovación de producto, por ejemplo hacia el el trabajo operativo basado en el conocimiento, tan común en el trabajo administrativo actual. La historia no acaba acá, por lo que los invitamos a revisar ésta cápsula educativa donde narramos el resto de la historia.
En conclusión, la Agilidad tiene raíces muy anteriores y un alcance más extenso que el desarrollo de software y que el framework Scrum. Y dicha disciplina seguirá ampliándose cada vez más a nuevos contextos a medida que el mundo del trabajo vaya aprendiendo a adaptarse a esta realidad crecientemente más dinámica e incierta.